Lo mejor, siempre para el final.
Lo que más te gusta del plato, te lo comes al final. La sauna en el gimnasio, al final. Lo mejor de la semana, el fin de semana. La mejor canción de una fiesta, la última de la noche. Lo mejor de las películas de suspense, el desenlace. Lo mejor de la noche, siempre al final. Y es que lo mejor siempre se guarda para el final. GTI.
No sabes quién busca a quién, pero siempre os encontráis.
Sales a la calle y ahí está, desapareciendo tras una esquina, escondiéndose en un parking o reflejado en un escaparate. Son sólo unos segundos, pero siempre os encontráis. No importa dónde estés o lo que estés haciendo. Su diseño deportivo, su impactante frontal y sus dinámicas líneas siempre consiguen distraer tu atención. Quizás lo buscas inconscientemente, o quién sabe, quizás es él quien te busca a ti.
Eternamente Golf.
Con algunas cosas pasa así. Se convierten en eternas sin necesidad de desaparecer. Cambian, evolucionan y renacen una y otra vez, pero siempre conservando el mismo espíritu. Despertando ese deseo que ya sentiste una vez y que permanece inalterable. Y es que un Golf siempre será un Golf.
Ya puedes parpadear.
Tiene algo. Algo que no te deja apartar la vista de él. Que atrapa todos tus sentidos y te abstrae de los que pasa a tu alrededor. Tratas de encontrar algo que distraiga tu mirada. Pero vuelves a fijar tu vista en él. Quizás sea por sus llantas de aleación ligera, por el exclusivo diseño de su frontal o por la fuerza de su nuevo y revolucionario motor TSI de 170 CV. El primer motor de gasolina que combina un compresor y un turbo, y que ofrece unas prestaciones increíbles con el consumo de un diesel. Nuevo Golf GTI. Parpadea.
Ya vienen.
Feliz Navidad.
