Onomatopeya Abstracta
En la quietud hay toda respuesta. La luz atraviesa la matriz de la misma forma que
el conocimiento es capaz de atravesar una aparente realidad para dar vida a nuevas formas de entenderla, multiplicarla y modificarla.
el conocimiento es capaz de atravesar una aparente realidad para dar vida a nuevas formas de entenderla, multiplicarla y modificarla.
Considero que el agua es el elemento que en su lengua nos habla de las emociones, aquellas gotas de agua que observamos en la naturaleza cotidiana son las mismas que nos recorren el cuerpo, las mismas aguas que pueden producir la tempestad de un mar, son aquellas que pueden producir la cólera en nuestro interior.
Es así que encuentro una comunicación propia que expresa el agua en su materia y que tiene la capacidad de interpelarnos a través de su lenguaje; desde esta perspectiva, en mi proyecto Onomatopeya Abstracta, me interesa desarrollar un dispositivo que despeje la visión del entorno material para observar en la infinidad de un destello, aquello que el agua comunica a través de sus luminiscencias -tal como si fuese un código, una palabra- y que nos acerca a un lenguaje propio, una melodía visual.
Onomatopeya Abstracta es un conjunto de obras: una escultura en sitio exterior y un video arte que, a pesar de ser autónomas, necesitan mostrarse en la misma temporalidad, ya que ambas se complementan.
La escultura, construido por una plancha de metal -pintado en negro-, deja ver, a través de sus perforaciones ínfimas, señales lumínicas emitidas en forma intermitente exponiendo un espectáculo de formas irregulares que proyecta visiones de composiciones cambiantes, las cuales también remiten a un código de notas vivas; para mí, aquellos destellos intermitentes son una palabra, algo que la naturaleza tiene que decir a través de la energía de la luz y la materia del agua, desde un idioma con códigos propios que combinan elementos visuales con musicales; puedo concluir, que los destellos intermitentes son el equivalente a la música desde la visión.
El dispositivo busca despejar la visión del entorno para observar en la infinidad de un destello, lo que el agua comunica a través de esas luminiscencias. Ésta se dispone como la representación del estado meditativo y se convierte en una invitación a mirar la cotidianeidad desde el ahora, trayendo a la materialidad el haz la luz. Su estructura, que contrasta con la organicidad del paisaje, proporciona la firmeza necesaria para captar eso tan sutil, volátil y efímero. En la quietud hay toda respuesta. La luz atraviesa la matriz de la misma forma que el conocimiento es capaz de atravesar una aparente realidad para dar vida a nuevas formas de entenderla, multiplicarla y modificarla.
El video arte pretende dar testimonio experimental de la interacción de la escultura con el Río Ctalamochita, en su idioma en códigos propios en el cual se yuxtapone parte de mis meditaciones. Este conjunto, ubicado en diferentes contextos, busca incentivar a la participación de una experiencia museística a espectadores que se encuentren en el contexto natural/social de la escultura, y, por otro lado, busca incentivar a quienes concurran a ver el videoarte a una experiencia artística que trasciende las salas.
Es nuestra madre, Gaia, quién nos habla a través del lenguaje de las aguas, sobre nuestro antepasado cósmico, el cuál llevamos en nuestro interior, pero también de su presente, en una poesía natural de imágenes efímeras.
Proyecto seleccionado por Mecenazgo Villa María 2021
y Preseleccionado por Salón Nacional de Artes Visuales 2022 organizado por el Palais de Glace - Palacio Nacional de las Artes
Año de realización: 2021 - 2022
Conjunto de obras actualmente expuesto:
Video Arte: Museo Municipal de Bellas Artes Fernando Bonfiglioli, Villa María, Cp
Escultura: Zona de costanera Villa María, Córdoba - Plazoleta de las Naciones
Video Arte: Museo Municipal de Bellas Artes Fernando Bonfiglioli, Villa María, Cp
Escultura: Zona de costanera Villa María, Córdoba - Plazoleta de las Naciones
